En la orilla, pescadores rezagados llegan todavía con el producto de la faena y allí pequeñas lanchas de madera son la antesala a ese espacio que parece salido de un cuadro marinero, con gaviotas que sobrevuelan en busca de alimento, garzas que pellizcan entre las rocas y un perro mestizo de pelaje pegajoso que reposa en la proa de un bote.
José Escalante apenas llega de su faena capitaneando una fibra. Lleva alrededor de 20 merluzas que comercializará en la caleta pesquera, unas cuantas carnadas que no usó y poca noción de los entretelones de su oficio.
Algo sabe sobre el fenómeno de El Niño que se avecina, y un rumor le ha llegado sobre la construcción de un moderno puerto cerca de allí, pero no más, pues cada tarde su única certeza es que con los $ 15 que gana en promedio al día alimenta y da estudio a sus 8 hijos.
La semana pasada se celebró el día del pescador artesanal, fecha que llegó acompañada de obras, promesas gubernamentales y reivindicaciones, pero también con temas pendientes y “mucho por hacer”, según expresó el presidente Rafael Correa durante la inauguración del puerto pesquero de Anconcito, ubicado en la Península.
Sector productivo
Con un promedio de 18 mil embarcaciones en el país y 3 pescadores por cada una, según datos de la Federación Nacional de Cooperativas de Pesca del Ecuador (Fenacopec), la pesca artesanal genera un promedio de $ 100 millones en exportaciones al año.
El sector incluye tanto a pescadores de altura como de orilla, a concheros, buzos y cangrejeros.
La importancia del sector pesquero y de acuacultura en el país es innegable, pues incluyendo la actividad industrial, aportó en 2013 un 0,04 al crecimiento del PIB, el cual se situó en 4,5%, según el Banco Central del Ecuador.
Solo en peces pelágicos, en 2010, se desembarcaron 11.828 toneladas en los diferentes puertos del país, informó el Instituto Nacional de Pesca.
Dado su impacto en las rentas nacionales, el gobierno ha buscado formas de mejorar las condiciones de trabajo de los pescadores, a través de infraestructuras, programas de seguridad y planes de cuidado del medio ambiente. Esto -afirmó la vocera de Fenacopec-, ha influido positivamente en la calidad de vida de estos ecuatorianos.
Precisamente el jueves pasado, el presidente Rafael Correa inauguró el puerto de Anconcito, en Santa Elena, una de las facilidades pesqueras de un grupo de 23 que se espera construir hasta el 2016. El costo de la obra fue de $ 20 millones, según la empresa pública Infraestructuras Pesqueras del Ecuador (Ipeep).
Estas instalaciones habían sido solicitadas por el sector hace 7 años, aseguró Cruz, por lo que considera que ha llegado como una reivindicación para el pescador, quien “ahora puede sentirse orgulloso de su trabajo, de llevar su producción y venderla a un peso y precio justos, no como antes cuando se lo evisceraba en la arena porque no había servicios básicos”.
En esa parroquia peninsular están registradas 436 embarcaciones, con 3.200 pescadores artesanales, pero se estima que las instalaciones tendrán un importante impacto para los evisceradores, vendedores de hielo e incluso para las familias que podrán generar negocios gracias a los locales comerciales dispuestos en el sitio.
Pedro Santos, pescador de la zona aseguró que en sus 44 años es la primera vez que observa a un gobierno preocuparse por el sector.
Mencionó que la primera ventaja de esta construcción ha sido la instalación del muelle, pues este ha evitado que durante los aguajes las embarcaciones se dañen. “Antes se rompían las anclas y la embarcación quedaba destruida en el 90%”, aseguró.
Durante la inauguración de la infraestructura, el presidente Rafael Correa expresó que estas obras constituyeron un “acto de justicia”.
Seguridad en el mar
Herramientas para proteger al pescador de los ataques delincuenciales también fueron un pedido continuo de este segmento productivo, frente a una pérdida de alrededor de $ 5 millones por robo el año pasado.
Actualmente es obligatorio que las fibras tengan instalados dispositivos de rastreo satelital, con el objetivo de facilitar su localización en caso de asalto. “Nadie se podrá matricular si no tiene el dispositivo instalado”, recordó el Mandatario frente a centenas de pescadores que se dieron cita en Anconcito.
Según Daniel Rodríguez, quien se dedica a la captura de cangrejos en el golfo de Guayaquil, el número de asaltos se ha reducido notablemente, pues antes ocurrían semanalmente dejando incluso heridos. Ahora aseguró que estos eventos se han espaciado en un promedio de uno cada dos meses.
No obstante, para Gabriela Cruz, el uso de los GPS no soluciona el problema de robo de motores, y hay otros aspectos que se deben cubrir como el rescate de los hombres cuando quedan a la deriva en altamar.
Tal preocupación los ha llevado a solicitar al gobierno la adquisición de un helicóptero y de lanchas rápidas para hacer labores de rescate. “Si mañana me asaltan y el dispositivo dice que me encuentro a 40 millas, cómo me van a ayudar si no hay cómo llegar”, afirmó Cruz.
Y es que la incertidumbre y las duras condiciones de trabajo son constantes en este oficio, uno de los más antiguos de la humanidad. Temporales como el fenómeno de El Niño, sólo en Santa Rosa en 2011, mermó recursos económicos por $ 2 millones, informó Cruz.
La Fenacopec espera trabajar de cerca con la Secretaría Nacional Gestión de Riesgos para planificar tareas conjuntas.
Mientras, ajenos a los entretelones políticos, miles de pescadores continúan ganándose la vida en el mar, tal como lo aprendieron de sus ancestros, aunque José Escalante, en Santa Rosa, anhela que sus hijos estudien y se dediquen a otra cosa al crecer. Pero, quién pescará entonces en Santa Rosa, se pregunta con una sonrisa que deja entrever que no lo sabe.
Datos
Alrededor de 300 caletas (comunidades) situadas en el perfil costero del país dependen en un gran porcentaje de la pesca, tanto artesanal como industrial.
La actividad genera miles de fuentes de trabajo para unas 150 mil familias ecuatorianas, según el viceministro de Pesca y Acuacultura, Guillermo Morán.
El fenómeno de El Niño de 2011 ocasionó la destrucción de 400 embarcaciones en Santa Rosa (Salinas) de las 1.700 registradas.
El ecuatoriano consume un promedio de 8 kg de productos de mar en el año, lo que es inferior al nivel mundial, que es de 18 kg
Fuente: El Telegrafo
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